CoNVeNTo De LaS DueÑaS El convento de Nuestra Señora de las Dueñas estuvo emplazado en un solar extramuros de la población hasta su traslado aquí en 1769. De hecho, hasta ese momento era conocido como “el convento de afuera”. La portada de la iglesia procede de ese anterior edificio. Se desconoce la fecha de su fundación pero las referencias más antiguas que tenemos de él son una bula del papa Inocencio IV y una carta del infante don Sancho, ambas del siglo XIII. También sabemos que desde sus comienzos contó con el favor de nobles y de reyes como Fernando IV, Alfonso XI, Enrique II o Juan I. Entre los siglos XV y XVII gozó de momentos de gran esplendor, con numerosas posesiones. En él profesaron algunas damas de cierta relevancia, como doña Mayor y doña María Ovalle, hermanas de un cuñado de Santa Teresa, o la niña Beatriz de Ovalle y Ahumada, sobrina de la Santa, que fue educada en el convento. Los avatares vividos en el siglo XIX -la Guerra de la Independencia, leyes desamortizadoras...- estuvieron a punto de hacer desaparecer la comunidad conventual. Entre los trabajos que hoy en día elabora tienen fama sus productos de repostería, en especial las almendras garrapiñadas.
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