PLaZa DeL ALToZaNo
DoNDe La ViDa PaLPiTa
La plaza del Altozano es una plaza vivida. Se ve porque no responde a un dibujo sobre un plano: su trazado es irregular -cada uno de sus lados con diferente forma y longitud-. También las fachadas de las casas responden a diferentes tipologías según se levanten a uno u otro costado. Y, sin embargo, en su conjunto brinda una de las mejores y más representativas estampas de la arquitectura serrana propia de la localidad.
Esta plaza es la gran ágora de Sequeros, el espacio en torno al que gira su vida social y palpita el día a día. Es el lugar de las citas, del café en las terrazas del verano, de los mercados de quita y pon, el punto al que vuelve una y otra vez el visitante en su callejeo curioso. Es y ha sido el lugar escogido para organizar las procesiones y los bailes. En el pasado fue también coso taurino. En estas funciones, las del discurrir cotidiano y la de la celebración festiva, vino a sustituir a la de Eloy Bullón cuando aquella se quedó claramente pequeña, especialmente tras la elección de Sequeros como capital del Partido Judicial.
En tanto eso sucedía, y en paralelo al desarrollo demográfico de la localidad, que vio de repente aumentar su población, la del Altozano se fue formando como una explanada alargada, un corro desahogado, más apropiado para los ajetreos del mercado y las grandes celebraciones que requerían ahora mayor espacio para su desenvolvimiento y vistosidad. La abundancia y generosidad de sus balconadas -que llegaron a alquilarse para asistir a las corridas- tiene que ver en parte con la importancia de los festejos taurinos que en ella se celebraban.
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