Entre lo oculto y lo visible surgen las obras de esta exposición, en un proceso de aflorar desde el interior a la superficie para hacerse evidente aquello que era esperado. El espectador ha de entrar en el proceso y encontrar el devenir que ha acontecido en cada obra. En ellas hay ocultación para acallar lo ya dicho o expresado. Lo que se tapa se cubre para crear algo nuevo que va generando texturas que nos producen sensaciones táctiles y visuales que debemos analizar, «poner en claro». En otras zonas encontraremos elementos que no han sido tapados y que se han incorporado como parte del lenguaje visual de lo nuevo. Pero lo que ha sido ocultado puede aflorar, ser traído a la superficie visible a través de rascados que van levantando la capa puesta encima: hacer visible lo ocultado. Descubrir también aquellas
intervenciones más acentuadas que han dado lugar a los motivos más reconocibles. Es en ese juego en el que nos sumerge Marta Brufau en esta exposición, en la que se nos invita a una contemplación pausada y a una reflexión sobre la pintura, sobre lo que ha acontecido en el acto de pintar.
Mateos Muñoz [Extracto de texto del catálogo]