El conde Anselmo, de rancia familia nobiliaria, ha llevado a la ruina a la familia por su afición a adquirir antigüedades, con la paradoja de que es un gran desconocedor de la materia y por tanto es fácilmente timado. Con el fin de mejorar la situación financiera de la casa, consigue casar a su hijo con Doralice, hija de Pantalone, un rico burgués. Ello con la oposición de la condesa Isabella, que reniega del matrimonio.